El Año Avilista de Almodóvar del Campo, más de cinco siglos de fe en Dios y diez años de doctorado de la Iglesia
Este 6 de enero, día de la Epifanía del Señor, es también fecha de aniversario del nacimiento, en el año 1500, de san Juan de Ávila en Almodóvar del Campo, figura vigente de la fe en Jesucristo durante más de seis siglos y de quien, en octubre de 2022, se cumplieron los diez primeros años de un doctorado ejemplificante para toda la Iglesia universal.
Con motivo de la efemérides tan señalada para este reconocimiento que Benedicto XVI le proclamaba, la Parroquia almodovareña decidió abrir hace tres meses una nueva oportunidad de peregrinar, para que creyentes de toda procedencia, edad y condición, profundizasen en su fe a desde la vocación de este hombre, labrada en su patria chica.
Juan Carlos Torres, párroco y ‘alma máter’ del voluntariado Vocatio que otra vez articula en las diferentes sedes almodovenses estas experiencias en primera persona, comparte la alegría de todo el grupo por el alcance que ha tenido ya la propuesta en su andadura inicial, contabilizándose 500 peregrinos en sus dos primeros mes.
“Estamos contentos porque inicialmente no sabíamos qué respuesta podía tener, pero al poco de inaugurar el Año Avilista el teléfono empezó a sonar y a venir grupos de lugares de Ciudad Real y de otras provincias que pidieron hacer la peregrinación”, comenta con tremenda gratitud.
Sabedores él y el grupo de voluntarios de que las semillas plantadas durante los dos años jubilares celebrados hasta el momento en Almodóvar del Campo siguen dando fruto, para este Año Avilista se ofrece tres sedes para empaparse de “los hitos fundamentales del itinerario vocacional de san Juan de Ávila, que ése es el testimonio y la experiencia que él vivió en su etapa almodovense”, añade.
La cuna natal de San Juan de Ávila ofrece nuevas experiencias de peregrinación
Se parte de la sede en la ermita de Santa Brígida, en lo alto del cerro cercano. “Toda la historia comienza allí, con la subida de esa madre que invoca a Dios en la gracia de tener un hijo”, en alusión de Torres a Catalina Gijón, madre de Juan. “Ahí recordamos que san Juan de Ávila y cada uno de nosotros somos seres amados y creados por Dios; recordamos nuestro nacimiento al bautismo”. De ahí la denominación ‘Creados y bautizados’ a este lugar.
La segunda sede y ecuador de la ruta es la Casa Natal, cuyo punto neurálgico y espiritual es la cueva. “El lugar donde, podríamos decir, san Juan de Ávila decantó su bautismo, donde agitó esa agua bautismal para ver qué tenía dentro, cuál era el nombre, cuál era la palabra, cuál era su llamada”, en palabras del sacerdote.
El enclave donde evocar la experiencia más íntima del joven Juan, “vivida físicamente en la cueva de su casa, pero espiritualmente en la cueva de su corazón. Ahí se produjo el encuentro de dos corazones que se abrieron el uno al otro. Él se abrió al corazón de Jesús y Jesús le abrió su corazón”, explica Juan Carlos.
“Y ahí, justamente, en ese proceso trabajado porque eso no fue algo inmediato, sino que fueron tres años de escucha y de llamada, finalmente ese hombre que dejó Salamanca [en su primera etapa universitaria] sin saber qué tenía que hacer, pero confiando en que Dios se lo diría, tuvo la experiencia de que, efectivamente, Jesús hace sentir su llamada en nuestro interior”. Un lugar denominado en este itinerario avilista como ‘Llamados’.
Por último, el templo parroquial, donde san Juan de Ávila culminó su llamada. “Porque esa vocación buscada en la cueva y reconocida bajo la vocación sacerdotal en su caso concreto, la forma después académica y espiritualmente en su etapa de Alcalá de Henares, donde estudia Filosofía y Geología”, rememora Torres Torres.
Pues tras ser ordenado, Juan de Ávila regresa a Almodóvar del Campo para celebrar su primera misa y comenzar su ejercicio ministerial. “Por lo tanto, esa llamada empieza a realizarse y a convertirse en ‘Envío”, en alusión a la significación que se le da a la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción.
Itinerario personal
Para Juan Carlos y el movimiento Vocatio, “este itinerario espiritual de san Juan de Ávila es el de cada uno de nosotros. Él es testigo de lo que Dios hace y quiere hacer cuando abrimos la cabeza, cuando abrimos el corazón y cuando abrimos el espíritu”, señala.
Es un proceso, apostilla, “que se está haciendo permanentemente en cada uno de nosotros y la peregrinación que proponemos en Almodóvar del Campo, nos ayuda a tomar conciencia de que eso es así, pero sobre todo a experimentarlo ahora”.
Son tres las horas en las que al peregrino se le invita y se le facilita así a ir abriéndose, en nuestro contexto histórico actual, a esa experiencia que Juan de Ávila vivió en primera persona. “Y ya lo que cada uno sienta y experimente solo lo sabe Dios y cada peregrino”.
Ése es el objetivo en definitiva de este Año Avilista que se prolonga de octubre de 2022 a octubre de 2023: “Animar a todo el mundo a que descubra que nuestra vida tiene sentido, que estamos llamados. Que quien nos llama en nombre de Dios es Cristo resucitado y que nos llama para unirnos a Él, a entregarnos a la sociedad de hoy”.
Una sociedad llena de prisas. Para el responsable de la Parroquia almodoveña, “uno de los errores que cometemos los hombres y las mujeres de la sociedad de hoy es vivir haciendo y no tener momentos para cuidar nuestro ser. Yo creo que nos va a matar la prisa, nos va a matar el hacer y creo que todo ser humano necesitamos no sólo descansar, sino hacer pausas de actividad exterior para escuchar nuestro interior y para abrirlo permitiendo a Dios que pase a él y para buscarlo dentro de nosotros y no fuera”.
“Cuando eso no sucede, creo que de alguna manera nos despiritualizamos, nos bloqueamos o nos endurecemos y creo que parte de la crisis espiritual que hay, tiene que ver con esto: no atendemos a las fibras más sensibles de nuestro interior. Y es que es ahí donde nos habla Dios. Dios no nos habla en la televisión, no nos habla en nuestras prisas. Nos habla en corazones abiertos y encendidos”, advierte.
Ese encuentro, ese reencuentro se invita a alcanzar peregrinando a Almodóvar del Campo, donde san Juan de Ávila “nos deja su testimonio y no da también la equipación de los lugares que se visitan”, dice Torres, quien valora a “todos los voluntarios de Vocatio como el alma, el instrumento, como los sacerdotes de esta eucaristía”.
Un grupo humano sin otro fin que “ser herramientas del Señor, como evangelizadores que son y de ser también puentes al servicio de los peregrinos para poder transmitir estos mensajes, suscitar estas experiencias”. Por eso, concluye el sacerdote, “siempre mi gratitud a todos los voluntarios de Vocatio que hacen real este sueño avilista”.
Quienes se sientan movidos a una revisión interior o a replantearse su llamada vital están llamados a realizar esta ruta, de la mano de un ser humano excepcional y de profundas convicciones, contando con Vocatio a través del número de teléfono 663 274 061, en el email hola@vocatio.es o en las páginas de Facebook e Instagram. Más información en la web www.vocatio.es.